24/02/2010. Ferry Picton -Wellington
Esta etapa, en la que abandonamos la Isla Sur, fue quizá una de las de menor contenido de nuestro viaje en Nueva Zelanda.
Nada más desayunar partimos de Kaiteriteri rumbo Picton, donde teníamos previsto coger un ferry sobre la 1. No hay mucha distancia entre estos dos puntos, pero la carretera tiene tramos difíciles y queríamos estar pronto ya que debíamos devolver nuestro cochecito antes de subir al ferry.
El primer tramo de carretera trascurrió por la zona de Nelson donde nos sorprendió mucho más tráfico y más actividad industrial que en el resto de la isla sur. Paramos en Havelock centro neurálgico de los Green Mussels, pero como no era hora de tomar mejillones nos decidimos por un pequeño café. Éste estaba regentado por dos abuelillos que debieron verse superados por los turistas que se dirigían al ferry, porque tardaron una media hora en servirnos un capuchino, lo que redujo considerablemente nuestro margen de tiempo para llegar al ferry.
Pero lo más complicado y bonito estaba por llegar, ya que los últimos kilómetros nos llevaban a Picton por la Queen Charlotte Drive. Esta carretera toma el nombre del fiordo que bordea, y es una sucesión interminable de curvas a derecha e izquierda. Es una zona bastante bonita que creo que merece algo de tiempo para recorrerla e incluso realizar algunas rutas o deportes marítimos.
Por fin llegamos a Picton, y nos dirigimos a la terminal de Interislander para facturar nuestras maletas. Posteriormente, tras llenar el depósito del coche tuvimos que devolverlo. ADIOS NISSAN PULSAR ..ADIOS.
Nos esperaba un largo viaje en ferry, hasta Wellington, abandonando la Isla Sur através de los Marlborough Sounds y cruzando el estrecho de Cook.
El ferry se nos hizo un poco pesado, comimos, observamos el precioso fiordo, vimos la tele, paseamos, escuchamos a un músico en directo, y finalmente decidí que lo mejor era pasar el mal trago con cerveza. Son más de tres horas de viaje, y me mareo bastante en los barcos. En este caso el mar no estaba muy picado, por lo que no llegué a marearme pero me sentía como en el interior de un globo.
Por fin llegamos a Wellington donde nos esperaba un señor de la compañía de alquiler de coches, que en apenas 30 segundos nos despachó, y nos dejó a los mandos de un Toyota Corolla, más pequeño pero mucho más cómodo que el Nissan Pulsar.
Nos perdimos un poco hasta llegar a nuestro hotel, Wellesley Boutique Hotel, en el Centro de Wellington. Este hotel era un antiguo club de caballeros, con una fantastica escalera de madera y un comedor con cortinas de leones (al más puro estilo Gryffindor). El ascensor era también de madera lo que resultaba un poco espeluznante, y las habitaciones y los pasillos estaban decorados con el mejor gusto inglés, papel pintado, alicatados en forma de ajedrez, enormes bañeras esmaltadas. En resumen un sitio con mucha solera.
Tras una ducha nos fuimos a dar una vuelta por Wellington, nuestro hotel estaba situado en la zona financiera con altos edificios de espejo y parques de hormigón. Pero pronto desembocamos en la Civic Square, allí junto al mar un montón de chavales entrenaban remando con Wakas (canoas maorí). Estas barcas llevan muchísimos remeros, las más largas pueden llegar a 80.
Desde allí llegamos al museo Te Papa justo a la hora del cierre, por lo que no tuvimos oportunidad de verlo (Una de tantas cosas a las que tuvimos que renunciar en nuestro viaje).
Continuamos por Cable Street hasta el Waitangi Park, toda esta zona tenía mucho ambiente juvenil, y muchos de ellos nativos maories, más de los que habíamos visto juntos en toda la Isla Sur.
Atraves de la calle Wakefield llegamos hasta Cuba Street. Era aproximadamente la hora en que los kiwis salen del trabajo, y todos los bares estaban a tope de gente tomando algo...muchísimo ambiente.
Por cambiar nos decidimos por un restaurante indio, Tulsi en Cuba Street. Comimos muchísimo y bastante barato y el mejor plato fue sin duda el famoso Butter Chicken. Con el estómago lleno y la habitual acidez que acompaña a los indios, nos fuimos a la cama tras ésta brevísima visita a Wellington.
Ruta Kaiteriteri-Picton. 172 km.
XOXO





Fue en Wellington donde comencé a dar rienda suelta a mi afán consumista. Allí me compré el polo de All Blacks, que cada vez que me lo pongo me gusta más. Me pareció una ciudad muy agradable, Wellington, a pesar del intenso tráfico de algunas zonas.
ResponderEliminarEse polo de los All Blacks que llevabas el otro día??? Pues si que está bien chulo.
ResponderEliminarAbrazos