Alsacia y Selva Negra. Día 4. Recuperación en Baiersbronn

En el tercer día de fiebre decidí buscar un médico para la bebé.

Me costó dos llamadas en inglés concertar una cita para esa misma mañana con un pediatra en el centro de Baiersbronn, Dr. Stiletto (en adelante Dr. Tacón). Aunque la consulta era privada estaba cubierta por la Seguridad Social, y solo fue necesario mostrar la tarjeta sanitaria europea de mi hija.

Nos acercamos hasta la plaza principal de la localidad, Rosenplatz, donde no sólo se encontraba el médico, si no que era el centro neurálgico de la vida vecinal de Baiersbronn. Aparcamos en una zona de la plaza que a todas luces parecía de pago, pero como no lo teníamos muy claro nos acercamos a información turística a preguntar.

En información turística nos facilitaron varios mapas de la zona, uno de ellos expresamente dedicado a actividades infantiles, con rutas por el bosque pensadas para niños, e incluso algunas transitables con carros. Nos explicó además que efectivamente era necesario pagar el aparcamiento por lo que salí rápidamente a pagar dos horas (2€).

Tomamos un café en una terracita de la plaza. El café nos ha parecido bastante caro en Alemania, ya que en ningún sitio bajaban de 2,50 €. Sin embargo la comida tenía buen precio, tanto en el supermercado como en los restaurantes.

Tras el café llegó la hora del médico y todo fueron facilidades. Tanto la recepcionista, como la enfermera y el pediatra hablaban inglés, las instalaciones eran amplias y cómodas, con una sala de espera pensada para los pequeños.

Consulta del Dr. Stiletto

La consulta también estaba llena de juguetes, y el Dr. Tacón era paciente y amable. Tras reconocer a la pequeña le hicieron un pequeño análisis de sangre para valorar la posibilidad de darle a la niña antibióticos (WTF, ¿esto existe?). También le pusieron una bolsita, para recoger orina, que tras varias horas y varios intentos resultó del todo inútil. 

Salimos de la consulta más tranquilos, ya que el médico nos indicó que de momento sólo hidratación y paracetamol, por lo que decidimos pasar el resto de la tarde tranquilos por Baiersbronn.

Tuvimos una desagradable sorpresa al volver al coche, pues teníamos una multa de 10 euros, puesta 2 minutos antes de que yo pagara los 2 euros correspondientes (Otra muestra de la eficacia alemana). Además para mayor escarnio descubrimos que podíamos haber utilizado nuestra tarjeta Schwarzwald Plus para aparcar en el parking cubierto de la plaza de manera gratuita.

La tarjeta Schwarzwald Plus se proporciona gratuitamente a los turistas que hacen noche en esta zona de la Selva Negra, cercana a Baden-Baden, y permite utilizar piscinas, telesillas, parkings, entradas reducidas a museos etc. La información sólo está en alemán en la web, pero nuestro casero nos facilitó una copia en inglés.
Después de la multa volvímos a comer al apartamento, y como la bebé estaba un poco mejor salimos a pasear por Baiersbronn. Decidimos coger el telesilla de Stöckerkopf a la salida del pueblo dirección Freudenstadt.
Cuando llegamos al telesilla no me fié de las posibilidades de subir en el mismo con la pequeña, por lo que sólo subieron mi marido y el niño mayor. Dos alemanes controlaban la subida al telesilla de una forma un poco ruda.
La vista desde el telesilla era espectacular, en una posición privilegiada sobre Baiersbronn, y en la cumbre había un refugio-restaurante, pero los chicos decidieron no parar.

Bosques, praderas verdes, animales (caballos, patos, ciervos...), ríos y pequeños lagos, ya disfrutábamos de la Selva Negra.

Planeamos ir a cenar al Sattelei, otro refugio -restaurante, ubicado en una montaña frente a nuestro apartamento. Baiersbronn es muy conocido en Alemania por sus restaurantes, ya que a pesar de no ser muy grande tiene dos restaurantes con 3 estrellas michelín (el hotel Bareiss y el restaurante Schwarzwaldstube). No somos seguidores de la alta gastronomía, y visitar un restaurante elegante con el bebé estaba fuera de cuestión, pero el Sattelei era el tercero en tripadvisor, más informal que los anteriores, y estaba gestionado por el mismo equipo que el Bareiss. Sólo tenía un inconveniente-encanto adicional, no se podía llegar a él en coche sino tras una ruta por la montaña.


Como no era el momento de realizar una ruta, aparcamos en el sitio más cercano habilitado al restaurante, a 500 metros del mismo, tras una subida bastante empinada entre los abetos. Pero nuestro gozo en un pozo, el restaurante cerraba todos los días a las 17:00, salvo los domingos que cerraba a las 21:00.

Dejamos nuestra cena pendiente en el Sattelei y buscamos otro restaurante en Baiersbronn. Fuimos al Schaukelpferd, una cervecería informal con una pequeña y tranquila terraza. Pedimos un Flandebrote, otro tipo de pan, grueso y cubierto de crema agria, puerro y queso gratinado, y un plato de salchichas artesanales. La pizza estaba bastante buena, pero las salchichas estaban un poco "tiesas". Mi marido tuvo un pequeño problema con su inglés y acabó pidiendo otro plato de salchichas por error. La cena estaba marchando regular cuando llegaron nuestras "archienemigas" las avispas, y mi marido terminó cenando sólo, el segundo plato de salchichas duras.

Así acababa nuestro primer día en Alemania, y ya disfrutábamos del viaje.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sur de Inglaterra. Día 5. Con niños por los Cotswolds

Alsacia y Selva Negra. Día 9. Paseo por el bosque.

Noruega. Día 1. El largo viaje