Alsacia y Selva Negra. Día 6. El Norte de la Selva Negra.

El destino para esta jornada era Baden- Baden siguiendo la carretera B-500, una famosísima ruta panorámica, la Schwarzwaldhochstrabe.

Con un día fresco y nublado salimos de Baiersbronn dirección Baden-Baden, recorriendo las cimas de la Selva negra. La carretera discurre a una altura de entorno a 800 metros sobre algunos de los valles más bonitos de la zona. Nuestra primera parada, muy temprano y sin apenas turistas, fue el Lago Mummelsee, pequeño pero precioso rodeado de árboles.

Lago Mummelsee
A orillas del lago hay varias cafeterías, tiendas de recuerdos y se pueden alquilar barcas, también hay un pequeño parque infantil y animalitos de granja que hacen las delicias de los niños.
A pesar de ser mediados de agosto era necesario llevar ropa abrigada y chubasquero, pero no añorábamos el calor insoportable de la meseta castellana.
Seguimos camino por la B-500 hacia el norte, y nuestra siguiente parada tenía como destino las cascadas de Geroldsau. A la derecha, junto a la carretera, hay un pequeño aparcamiento desde donde parten varias rutas de senderismo, una de ellas muy asequible para los niños preciosa discurre a lo largo de un arroyo (Grobbach) hasta llegar a unas cascadas.
Ruta a las cascadas de Geroldsau

Ruta a las cascadas de Geroldsau

Cascadas de Geroldsau


El verdor, el sonido del agua corriendo, el olor a tierra mojada, todo evocaba a un bosque de cuento, lleno de hadas y duendes. Aquí encontramos "La Selva Negra".
Al final del camino, tras las cascadas, hay un pequeño claro donde se encuentra otro refugio-restaurante donde realizamos "el segundo desayuno". Tomamos dos capuchinos, un chocolate y una deliciosa tarta de cerezas (11,40€) que degustamos en la terraza del local Bütthof.


Tras reponer fuerzas volvimos al aparcamiento, y cogimos el coche para seguir rumbo a Baden- Baden. Dentro de nuestros planes (modo infantil on) excluimos la ciudad de Baden -Baden, muy famosa por sus termas y su ambiente lujoso y decadente, decidimos sin embargo subir en un funicular para ver las vistas de la Selva Negra,
Dimos unas cuantas vueltas por la ciudad hasta que conseguimos llegar a la parada del funicular que lleva a la cima del monte Merkur. No tuvimos que pagar el billete ya que el viaje entraba en nuestra tarjeta turística.
Funicular Merkurbahn
Desde lo alto del monte Merkur se observan unas magnificas vistas de la ciudad de Baden -Baden  y del extremo norte de la Selva Negra. Es un sitio muy agradable para pasear, con un parque infantil y tumbonas de madera sobre la hierba. No obstante el día era gris y fresco, e invitaba a resguardarse en el interior. Decidimos comer en el restaurante que hay en el mismo edificio que el funicular.  Era otro restaurante típico, con salones de madera y trajes tradicionales, pero en el momento en el que llegamos había un ambiente un  poco enrarecido entre los camareros (nos pareció que algún cliente había devuelto la comida a la cocina).
Sin embargo contra todo pronóstico comimos muy bien, salchichas y carne de cerdo, bien cocinadas y sabrosas (Merkurstuble).
Vista de Baden -Baden desde el monte Merkur


Regresamos al apartamento para relajarnos durante la tarde, después de un día fabuloso en la Selva Negra.




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