Sur de Inglaterra. Día 4. Catedral de Salisbury y entrada a los Cotswolds

Por fin todos en perfecto orden de revista, y en un estado de salud inmejorable.

Nos levantamos para disfrutar de un FULL ENGLISH BREAKFAST en el B&B, y abandonamos Winchester camino de Kingham, donde nos alojaríamos 6 noches. Primero correspondía una parada en Salisbury, para ver la catedral que había quedado pendiente el día anterior. El cambio de planes suponía renunciar a Wells. 
Dejamos el coche en un aparcamiento enorme cercano al centro (Central Car Park), y fuimos andando a la Catedral, a 5 minutos a través de unas agradables calles a lo largo del río Avon. Finalmente desembocamos en The Close, y pudimos ver la preciosa Catedral.

Con el cielo azul de fondo, el escenario era espectacular,  es posiblemente la catedral más bonita que he visto (Qué me perdonen en Burgos, Barcelona, Santiago, Sevilla....).

Catedral, Salisbury
Catedral, Salisbury
Es la catedral que se tiene en mente al leer los Pilares de la Tierra, gótico inglés en estado puro...Además al estar en una explanada, rodeada de césped, puede observarse en toda su magnitud, ya que su torre es la más alta de Inglaterra. No cobran entrada, pero es habitual hacer un donativo.

Pasamos al interior de la catedral, y todo en ella es impresionante: altura, elegancia, delicadeza...
Interior catedral Salisbury
Hicimos una rápida visita hasta llegar a la Sala Capitular, con su impresionante bóveda de palmera, donde se guarda una de las copias de la Carta Magna (uno de los antecedes más antiguos de los Derechos Humanos).
Sala Capitular, Catedral Salisbury
 El claustro es también precioso, y ofrece una vista imprescindible de la torre.
Torre desde el Claustro, Catedral Salisbury
Los niños estuvieron un rato jugando en la explanada que rodea la catedral, donde además había una exposición de extrañas esculturas de mujeres desnudas con cabeza de liebre de la escultora Sophie Ryder. Tomamos unos capuchinos y chocolate en una cafetería junto a la catedral, en una maravillosa terraza con unas vistas inmejorables, Bell Tower Tea Rooms.
Luego hicimos unas compras en una pastelería The Cornish Bakery  donde compramos un cruasán, una empanada "traditional Pasty" y un zumo de manzana, todo ríquisimo, y en un puesto de fruta compramos una cesta de fresas maravillosas (belgas creo). Con todo ello hicimos un picnic en un parque junto al río Avon antes de seguir camino a los Cotswolds.
En ruta a Kingham decidimos parar en Bibury, uno de los pueblos más famosos de los Cotdwolds. Aparcamos junto a río y dimos un paseo por una de las calles más populares del Reino Unido.

Bibury
Bibury resultó un pueblo precioso, muy pequeño y lleno de turistas.
Bibury
Bibury
Paseamos un rato por el pueblo, alrededor de río. Hay una piscifactoría, con unos jardines preciosos, pero decidimos no entrar porque era caro, y estábamos deseando llegar a nuestra "casa" en los Cotswolds en Kingham, un pequeño pueblo cerca de Stow-on-the -Wold, famoso por su estación de tren y sus pubs. 
El paisaje de los Cotswolds es verde, cuidado, ordenado y tranquilo. Casi cada puerta, cada ventana, las tejas, las aceras, las macetas, los parterres, incluso alguna almáciga (eso si, sin caballeros que nos gritasen: ¡NI,NI,NI!)... todo está puesto pensando en agradar la vista y el espíritu. Creo que en el fondo esta es la auténtica "comarca", pero en vez de hobbits está llena de ingleses agradables, tradicionales, un poco pijos y muy snobs...
Nuestro alojamiento, "Tap Room", estaba en la calle principal de Kingham, a escasos doscientos metros de dos estupendos pubs. La casa reservada con Airbnb, pero gestionada por "Manor Cottages", era preciosa, con todo lo que podíamos pedir a nuestra casita en la campiña inglesa. Sólo puedo hablar maravillas de la casa y de "Manor Cottages".



Tras un pequeño descanso nos fuimos a Stow-on-the-Wold, al supermercado TESCO, a comprar provisiones. Había sido un día perfecto.








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