Día 5. Río Vezere. Diario del viaje al Dordoña.

Hoy vamos a dirigirnos al río Vezere en cuyos márgenes hay una impresionante concentración de restos arqueológicos, en especial cuevas con arte rupestre. Las cuevas más famosas son las de Lascaux, que se comparan en importancia con Altamira.
Nuestro destino es por tanto Montignac, donde se encuentra el museo Lascaux IV, una reproducción de la cueva original, ya esta última no puede visitarse.
Lascaux IV (http://www.lascaux-dordogne.com)
De camino paramos en Saint Genies, un bonito pueblo, donde compramos pan y un bizcocho.

Saint Genies

Saint Genies
Tras esta breve parada seguimos camino hacia Montignac. Hemos comprado las entradas para Lascaux con antelación (Lascaux International Center) por lo que no tenemos que hacer cola en las taquillas. La reproducción se abrió en diciembre de 2016 y es imprescindible visitarla con guía. Durante el verano se programan visitas en español, y en agosto hay una única visita en este idioma a las 11:54.  Las entradas son caras, 16 euros los adultos y 10,40 euros los niños mayores de 5 años.

Llegamos a Lascaux con algo de antelación, hay unos grandes aparcamientos a unos 300 o 400 metros del edificio donde se encuentra la reproducción. El edificio es obra de unos arquitectos noruegos, y es espectacular.

Lascaux IV, Montignac
Dentro prima la tecnología, y parte de la visita se hace con ayuda de una tablet. Al principio te recibe la guía en el hall del museo, te entregan las tablets, y comienza la visita por el exterior del complejo. Posteriormente se accede a la "neo-cueva". La reproducción de Altamira que hay en Santillana es maravillosa, pero esta de Lascaux es aún mejor, nos encanta. Los niños disfrutan muchísimo de esta parte y se portan fenomenal.
La guía habla un español excelente y hace la visita muy amena. Habíamos leído criticas desfavorables del funcionamiento de Lascaux IV, pero salimos muy satisfechos. Por lo menos hasta el final de la reproducción de la cueva donde comienza el museo-taller. Mi hija quiere ver dibujos en la tablet del museo y,  entre su cansancio y su frustración, sufre un ataque de llanto incontrolable que hace que mi marido tenga que escapar del museo con ella.
Mi otro hijo y yo estamos media hora más visitando el museo que nos gusta muchísimo. En la tablet se programan juegos en función de la edad del usuario, e interactúas con distintas zonas mediante realidad aumentada. 
Tras un rato, y sabiendo que fuera espera una niña desconsolada, salimos de Lascaux IV.
Junto a los turistas y soldados con rifles de asalto hay una niña que, tras treinta minutos de llanto, sigue enloquecida.
Nos subimos al coche donde cae rendida de sueño al instante.
¿Cómo le explicas a un niño de seis años el mótivo por el que que hay soldados con chalecos antibalas, fuertemente armados, en un museo?. Durante todo el viaje vemos soldados en los lugares con mayores aglomeraciones: Lascaux, Sarlat y algunos mercados del Dordoña.
Paramos a comer en Saint-Léon-sur-Vezere, un precioso pueblo que dispone de una zona encantadora de pic-nic junto al río Vezere.
Saint-Léon-sur-Vezere
Llevamos víveres para comer y compramos cerveza artesana en un pequeño restaurante junto al río. Está completamente lleno de gente, a pesar de que el tiempo no acompaña, el día es nublado y húmedo.
Saint-Léon-sur-Vezere

Saint-Léon-sur-Vezere

Saint-Léon-sur-Vezere

Saint-Léon-sur-Vezere
Tenemos previsto ver alguna atracción más del Valle del Vezere, en principio La Roque Saint-Christophe, pero es 15 de agosto, festivo también en Francia, y está llenísmo de gente, llueve y estamos cansados. Decidimos volver al hotel y pasar una tarde tranquila.

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